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Mi nombre es Elend. Winter. En realidad no, pero prefiero que me conozcáis por ese nombre.
Sí, Elend.
Escribo bastante, a veces para plasmar esas ideas que explotan en mi cabeza como fuegos artificiales;
a veces para simplemente saciar al papel en blanco, y darle vida, forma, y color. Me encantan las galletas. Por eso espero que me dejéis bastantes :) (comentarios)

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Sobre armónicas e historias incompletas.
lunes, 8 de febrero de 2010 14:57

Bien, pues, extrañamente, me da por leer algo romántico, y lo más curioso, es que acabo leyéndolo. No por gusto, sino por coincidencia. Aunque en cuanto a literatura, prefiero otras temáticas.

Pero lo que me pregunto es: ¿Por qué el amor es el protagonista en tantas historias? En un libro que leí, se hacían la misma pregunta, pero iba más enfocada al amor adolescente que al amor.

Yo hablo de amor, del amor que todos podemos sentir ( a unos les cuesta más que a otros). ¿Por qué es una escusa, el cemento de la historia?

Ayer, en unos de mis momentos en los que debería hacer otra cosa en vez de pensar en memeces; se me pasó por la cabeza un pequeño cuento, por así llamarlo.

El cuento trataba sobre un hombre que tocaba la armónica. Éste, era un hombre de gran orgullo, y de gran autoestima. Aunque era extraño. Tocaba todas las noches su armónica, intentando seducir a las mujeres que habitaban en la ciudad con su música. Tocaba, creyendo que, como El flautista de Hamelín, las féminas irían tras él.
Pero en ninguna de las noches en las que tocaba, no atraía ni a un simple animal. Al terminar la noche, y salir el alba, el hombre se entristecía, y, como ya mencioné era extraño. Aunque poseía un gran orgullo y ego, éste se venía abajo cuando sus intentos por atraer a las mujeres eran nefastos. Se sumía en la tristeza, y cada noche intentaba suicidarse. (Hasta ahí, no hay "amor")

Pero sus intentos por morir, no se realizaron, ya que cada amanecer, cuando el hombre músico intentaba suicidarse de una manera distinta cada vez (una vez con una soga, otras tirándose a un lago, etc.), una muchacha se acercaba a él, y le daba una razón tonta (por ejemplo, le ponía excusas como "hoy está demasiado soleado como para suicidarse") para cada suicido que quería cometer. Así pasaron los días, y el músico seguía tocando la armónica, sin éxito, así, cada mañana que se intentaba suicidar, la muchacha lo detenía. Esto me suena a Las mil y una noches.
Pero en este caso, no fueron mil y una. Solo fueron unos pocos, hasta que la muchacha le pone la excusa de "aún no se ha enamorado". Cuando le dice eso, él cree que aquella mujer se ha enamorado al fin, de su habilidad con la armónica, y está tan prendada de él, que no podrá soportar su muerte. (Aquí vuelve a subir el ánimo del protagonista, y ¡PAM!, sin darme cuenta, he creado amor. Un amor extraño, pero es amor. Lo que os decía, ¿por qué siempre el amor?)


Bien, pues aquí me paré. No sabía como continuarla. Surgieron varias opciones en mi cabeza, como éstas:

a) El músico le pregunta si está enamorada de él, ella le contesta que sí, pero no de su armónica, sino de él, de él mismo. (Este final lo veo muy moño, no me convence) Este final, tendría otros dos finales.

a1) El músico se enamora de la chica, y acaban felices. (PUAJ. Este sí que no me gusta)

a2) El músico se deprime aún más porque no tuvo éxito con su armónica, y se suicida. (En este pensé en suicidar a la muchacha también, ya que su "amor" se había ido para siempre. Me gusta, pero es algo...extraño)

b) El músico le pregunta si ella está enamorada de él, y ésta le dice que no. Al decir esto, el músico sigue tocando la armónica, como cada noche, y ella, sigue evitando su suicidio.

¿Y bien? Aún no la escribí, más que nada, porque está incompleta. ¿Qué opináis? ¿Qué final debería darle? Si no descubro el final, será mejor olvidarme y ya está.

Pero eso, aún sigo sin saber, por qué el amor es un recurso tan usado. Será porque somos débiles a la carne, y al placer de éste.

Este en un tema que debo meditar.

Nos vemos, liliputienses.

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